Como ya sabréis en caso de haber leído ya algo de este blog (y si no, yo os lo cuento =) ), los artículos aquí expuestos están destinados a personas que trabajen en el ámbito del Ocio y el Tiempo libre o a padres y madres que busquen actividades adicionales para hacer con sus hijos y no tengan mucho tiempo disponible para inventar nuevos juegos. En definitiva: a educadores (en mayor o menor grado, dependiendo del rol de cada uno).
El artículo de hoy tiene que ver con la educación de los jóvenes y de los no tan jóvenes, de ser consciente de los estímulos externos y concretamente a unos muy concretos : los anuncios publicitarios.
La publicidad nos envuelve, nos rodea, está presente en prácticamente cualquier parte, cerca, tan cerca que un buen observador podría acabar concluyendo que va más allá, que más bien nos asfixia. Vosotros mismos podéis comprobarlo en cualquier medio de comunicación, o en la propia calle: id al centro de vuestra ciudad y observad la cantidad de carteles o gente repartiendo panfletos que hay cada día. Os sugiero que pongáis la radio un día por la mañana, algún programa tipo morning-show. Es increíble como ya no basta solamente con meter espacios publicitarios, sino que los propios programas están diseñados para hablar de temas que hilen con el próximo anuncio que interpretarán los locutores. A día de hoy se convierte en un bombardeo continuo a todas horas, sin descanso, sin clemencia.
En el vídeo que veis a continuación podéis ver un ejemplo de ello. Si no os animáis a ver el vídeo entero (que sería lo ideal) os invito que al menos veáis los primeros minutos. Como dice el chico que da comienzo al documental, en una ciudad estamos sometidos a unos 3000 impactos publicitarios al día, ¿te podías imaginar que fuesen tantos? Échale un ojo y piénsalo.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=cs_QAeqAjV0&w=420&h=315]
El vídeo es de “Consume Hasta Morir”, si queréis acceder a su web, es ésta: http://www.consumehastamorir.com/
Vale, sí, estamos rodeados de publicidad pero … ¿cuál es el problema? Si hay anuncios que incluso molan, tienen canciones pegadizas, montajes originales … ¿qué hay de malo? Cierto es que hay anuncios con un gran valor desde el punto de vista creativo. Sin embargo, hay que tener cuidado ya que no es oro todo lo que reluce y un anuncio es algo más que imágenes bonitas (que no siempre lo son) y una canción pegadiza. Todos tienen algo en común: un mensaje, el de consumir. Es por ello que hay que desarrollar dos cualidades muy importantes: consciencia y criterio. La primera refiriéndonos a que debemos de ser conscientes de lo que hay a nuestro alrededor, en este caso de los mensajes subliminales (o no tanto) que nos rodean. La segunda para poder hacer frente a los estímulos externos, siendo capaces de crearnos nuestra propia opinión, buscando ver más allá que la “verdad” que nos ponen delante los demás, los medios, etc., de pensar por nosotros mismos y decidir en consecuencia.
Actualmente vivimos en una sociedad de consumo, en la que las grandes empresas que se dedican a la venta de productos, viven a costa de convencernos que necesitamos lo que ellos venden, intentando crearnos siempre unas expectativas por encima de nuestra situación actual, haciendo que nos encontremos, sin darnos cuenta, en una carrera continua por llegar a un “estado de bienestar” que no es otro que el que la publicidad nos vende. Esa meta a la que queremos llegar siempre se aleja constantemente, ya que de alcanzarla cesaríamos en consumir nuevos productos. Pero jugar a crear nuevas “necesidades” (necesidades que en realidad no lo son) a la sociedad no es la única baza que juegan las grandes empresas. La otra gran (y vergonzosa) jugada es la de la obsolescencia programada, es decir, que los productos tienen un tiempo de vida programado, muriendo una vez acaba este período. Algunos ejemplos son los siguientes:
• Antes existían las medias irrompibles (allá por los años 50), pero desaparecieron porque las mujeres compraban pocas (si no se rompían, con unos pocos pares ya tenías para siempre). No hay más que ver las medias que compramos ahora, que se rompen a la primera de cambio (salvando algunas que duran más, pero que son muchísimo más caras y al final también se rompen)
• La bombilla de la estación de bomberos de Livermore (California) lleva funcionando SIN INTERRUPCIÓN desde 1901, ¿por qué nosotros tenemos que cambiar las bombillas de casa cada dos por tres? Por lo mismo: las empresas decidieron que ganarían más haciendo que las bombillas durasen una cantidad determinada de horas para que siguiésemos consumiéndolas durante toda la vida.
• Las impresoras tienen un chip para que, llegados a cierto número de impresiones el aparato deje de funcionar
• Los electrodomésticos antes duraban décadas, ahora resulta raro que una lavadora o frigorífico llegue a cumplir una.
Un artículo que me pareció curioso es el de este blog Artículo amenaza de muerte a español que inventó la bombilla en el que se habla de las amenazas de muerte que ha sufrido un español que ha inventado una bombilla de bajo consumo que dura muchos años. Está claro cristalino que si las empresas no nos proporcionan este tipo de bombilla es porque no quieren, no les renta, sus bolsillos pesarían menos aunque su conciencia estuviese más limpia.
En el siguiente vídeo tenéis un documental dedicado a la obsolescencia programada, a cómo este fenómeno nos impulsa a consumir mucho más de lo que deberíamos. Esto no sólo tiene un coste para nosotros a nivel social, sino también un coste para el medio ambiente y nuestro ecosistema, ya que supone un mayor gasto de los recursos del planeta (que NO son ilimitados) y resulta en grandes vertederos de residuos electrónicos (entre otros).
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=mUaCLzbDgm0&w=560&h=315]
En otro post de este mismo blog tenéis un taller sobre el consumo responsable de marcas y cómo afecta al medio ambiente (https://aquejugamosjuntos.wordpress.com/2012/05/23/el-consumo-responsable-de-marcas-y-como-afecta-al-medio-ambiente/) con otro vídeo dedicado al tema.
Dado que el documental es bastante amplio, no añadiremos más información sobre la obsolescencia programada en este artículo. A estas alturas ya tenemos una idea de las implicaciones que tiene la publicidad y de cómo las empresas nos incitan al consumo por dinero, intentando convencernos de que tenemos nuevas necesidades de sus productos y vendiéndonos productos que están “defectuosos” de forma no sólo consciente, sino a propósito. Pero si bien el pastel está prácticamente acabado, nos falta por ponerle la guinda. No contentos con convertirnos en máquinas de consumir (o intentarlo, porque ahora que somos conscientes de lo que hay, intentaremos ponerle freno), los anuncios van todavía más allá. En algunos casos (porque cierto es que hay algunas agencias de publicidad responsable), el fin justifica los medios, y para vender no son pocos los anuncios que usan el sexismo por ejemplo vendiendo la imagen de la mujer como objeto sexual para fomentar la compra de un producto, o que nos incitan a consumir productos que son claramente perjudiciales para la salud (por ejemplo hace unos años, el tabaco se vendía con la imagen de un cowboy, insinuando que era algo para hombres y que había que ser muy macho para fumar, y lo triste es que les funcionó bastante bien). Es decir, hay publicidad que además de incitarnos al consumo envía mensajes que afectan a nuestro modo de ver el mundo, que van en contra de los valores que intentamos transmitir a los más jóvenes y, lo que es peor, lo hace mientras somos inconscientes de ello, convirtiéndonos a menudo también en víctimas.
En este blog se intentarán abordar varios talleres sobre el tema publicidad y consumo responsable (uno de ellos ya mencionado en un párrafo anterior), facilitando material previamente recopilado para que lo podáis trabajar con vuestros hijos/as, educandos, etc.
Antes de acabar, admitir también que existe publicidad responsable, que no hace uso del “vender como sea”, si bien la norma (aunque sea de forma responsable) sigue siendo la de crearnos nuevas necesidades que realmente no tenemos.
Por todo lo aquí citado es importante que la persona que esté leyendo este artículo, antes de pensar en realizar talleres o explicárselo a sus hijos dedique un tiempo a la reflexión, que incluso busque otras fuentes para documentarse más y sobre todo que intente tener una visión crítica y formarse su propia opinión. Para poner remedio a esta situación debemos de empezar por ser conscientes nosotros mismos de lo que hay, para poder comunicarlo al resto de personas y educar a los que vienen en el consumo responsable. Además podemos ayudar a poner remedio con alguno de estos métodos:
• Educar, como ya hemos dicho, para que poco a poco todos seamos conscientes del problema. Educar no tiene por qué implicar a personas más jóvenes que tú, educa a tus hermanos y hermanas, a tus padres, a tus amigos y amigas, a todos los que puedas.
• Siempre que puedas compra artículos de Comercio Justo (no es un tema tratado en este artículo pero lo será más adelante), el dinero que inviertas en estos artículos se repartirá de una forma más equitativa que en otros casos, siendo los productores beneficiados de forma más justa. En las páginas de las principales ONGs hay siempre una tienda de este tipo. Por ejemplo ahora que se acercan las Navidades (época claramente consumista) podemos comprar algún detalle en una de estas tiendas, en las que hay cosas muy curiosas tanto para mujeres como para hombres, niños, hogar, etc.
• Intenta recordar que hay que ser críticos y no dejarnos llevar por lo que de repente nos gusta o queremos. Pregúntate, ¿lo necesito? ¿Tengo ya algo parecido que cumpla la misma función?
• Otra buena herramienta es intentar enterarte de qué papel tienen las empresas para las que compras y comprar a aquellas que no experimenten con animales, que dediquen una parte de su presupuesto a ayuda humanitaria o labores sociales, que las condiciones laborales en las que trabajan sus productores sean buenas, etc. De este modo como consumidor estarás premiando a aquellas compañías que hagan algo más que vender. Si todos hiciésemos esto, al final todas las empresas tendrían en cuenta unos valores éticos mínimos que nos beneficiarían a todos.
Espero que si has llegado hasta aquí este artículo te haya servido de algo, y sirva para difundir lo aquí expuesto. Un saludo, y gracias por leer =)
——
Recuerda: puedes suscribirte al blog introduciendo tu e-mail en la cajita situada en la parte superior derecha del contenido, recibiendo los artículos directamente en tu correo electrónico
Tweet-tweet: puedes seguir el blog en Twitter en https://twitter.com/aqjugamosjuntos
Canal en youtube: https://www.youtube.com/user/aquejugamosjuntos/playlists
Pinterest: http://www.pinterest.com/aqjugamosjuntos/